Yendo
del aula
al
conuco
(un
recorrido
conceptual
hacia
la
independencia)
...a
conuco
no
le
gana
ni
escuela
en
recreo
Gino
González
Marcos
Veroes
Parece
irremediable
hablar
de
Simón
Rodríguez
sin
hablar
de
educación.
Es
esta
una
característica
que
no
lo
abandona
o
que
lo
acompaña
de
manera
pertinaz.
Por
eso
cuando
se
nos
propone
escribir
acerca
del
maestro
de
América
pero
relacionándolo
con
el
tema
del
conuco
y
por
extensión
con
la
siembra
supuse
erróneamente
(actitud nada recomendable para un investigador) que
me
enfrentaba
a
una
tarea
poco
menos
que
irrealizable.
La
indagación
me
ha
demostrado
lo
contrario.
El
maestro
Rodríguez
es
uno
de
los
intelectuales
de
la
más
alta
talla
de
su
tiempo,
y
en
consecuencia,
se proyecta
en
el
tiempo
siendo
vigente
su
pensamiento
en
nuestros
días.
Reflexionó
en
torno
a
las
nuevas
condiciones
políticas,
sociales,
económicas
de
las
nacientes
repúblicas
y
fue
acucioso
en
ese
sentido
al
punto
de
proponer
acciones
concretas
para
superar
dificultades
y
situaciones
que
no
hacían
mas
que
reproducir
el
viejo
orden
de
cosas.
De
allí
su
propuesta
de
que
no
bastaba
con
la
liberación
militar
y
política
de
la
corona
española
si
en
lo
social,
lo
jurídico
y
lo
económico
se
seguía
sojuzgado
a
los
designios
de
la
metrópoli
europea.
Avizoró
como
a
través
de
las
“costumbres”
y
la
forma
de
vida
de
los
hijos
de
los
hacendados
y
terratenientes
se
dirigía
la
nación
a
otro
tipo
de
dependencia,
esta
vez
cultural,
dando
pie
con
ello
al
desarraigo,
a
la
miseria
producto
de
la
desvaloración
de
lo
propio
y
el
desprecio
por
los
trabajos
manuales.
En
este
sentido
encontramos
que
el
maestro
preocupado
por
el
bienestar
de
la
sociedad
y
de
las
generaciones
futuras
emitiese
opinión
en
cuanto
al
tema
ambiental.
No
es
que
haya
sido
un
ambientalista
militante
(tal
como
los
que
vemos
hoy
en
día),
no
obstante,
como
intelectual
de
su
época
se
interesaba
por
los
más
disímiles
temas,
por
ello
no
nos
sorprende
que
en
septiembre
de
1830 circula
su
ensayo
titulado: "Observaciones
sobre
el
terremoto
de
Vincocaya",
en
el
cual
hace énfasis en aspectos
relacionados con la
preservación de
la
naturaleza,
la
economía
y
la
sociedad.
En
esta
mirada
de
Rodríguez
respecto
al
cuidado
del
ambiente
expresa
recomendaciones
tales como:
El
Perú
debe
pensar
ménos
en
buscar
minas
que
en
buscar
aguas,
y
en
dar
á
estas
la
direccion
que
les
falta...
Recomendación
que
hacía
a
propósito
del
cultivo
de
las
tierras
anteponiéndola a
la
minería1
lo
que
para
aquel
entonces
era
prioritario.
Pareciera
estar
resonando
su
voz
hoy
en
día
para
esta
Venezuela
aún
petrolera
que
sueña
con
lograr
la
independencia
alimentaria.
Unos
años
más
tarde
en
Consejos
de
Amigo,
dados
al
Colegio
de
Latacunga
(1850-1851)2
nos
señala lo
siguiente:
Las
Tierras
adquieren
más
valor,
al
paso
que
la
Población
aumenta.
El
Suelo
de
Latacunga,
y
el
de
sus
inmediaciones,
a
larga
distancia,
es
Volcánico
̶
fértil,
por
consiguiente,
si
se
riega...
Como
podemos
apreciar,
el
maestro
Simón
estima de
manera
positiva
la
Tierra
y
lo que ella provee, resaltando que en su trato y cuidado es menester
el conocimiento, la constancia y el trabajo para el logro de sus
frutos,
cuestiona
de manera velada
el
abandono
de
las
tierras
tras
el
crecimiento
de
la
población
resalta
la
necesidad
de
poblamiento
de
los
territorios.
Y por si hay alguna duda más adelante, en este mismo documento,
expresa no sin cierta ironía:
Con
Latín, Leyes y Teología, no ganarán de que Subsistir, o
Subsistirán
entre Privaciones i Escaseces
Con
conocimientos en Historia Natural, apoyados en los
de
Física i Química, serían AGRICULTORES INSTRUIDOS
—arrendarían
las
Haciendas
del
Colejio,
i
otras
— tendría
el
Colejio
sus
Rentas
seguras
—i
ellos
preferirían
la
vida
del
Campo
a
la
de
los
Poblados,
porque
se
distraerían
con
UTILIDAD.
Cerraremos
esta
breve
nota
señalando
que
el
maestro
sentencia
que
Con
tierras,
Maderas
i
Metales,
se
hacen
las
más
de
las
obras,
i
las
Manufacturas
que
emplean
otras
Materias...
Si
de algo podemos estar seguros es de la valoración que el maestro
hacía de la tierra como elemento estratégico para las nacientes
repúblicas; de su importancia en proveer de alimentos a la población
que aumentaba en número; de allí su interés en cuanto a la
caracterización geográfica del territorio, de la utilidad del curso
de los ríos, de la fertilidad de las tierras y de la necesaria
preparación por parte de los estudiantes y/o habitantes para
sostener y hacer productivas las tierras de manera tal que no se
viviese entre Privaciones
i Escaseces...
factor este que es utilizado —desde
los tiempos de La Iliada—
como arma para ideologizar, coaccionar y someter a las naciones.
Simón
Rodríguez es genio y figura de su tiempo. Es maestro por
generaciones y para la eternidad. Su voz está hoy más vigente que
nunca, en especial en estos tiempos en los que luchamos por
consolidar la independencia, la misma que es amenazada con el
acaparamiento, la especulación o la escasez de alimentos, que es lo
mismo decir con el trabajo de la tierra. La población está
concentrada en las ciudades, los campos prácticamente abandonados y
los pequeños espacios de tierra cultivable permanecen ociosos pues
los llamados medios de comunicación promueven modelos de vida a
través de los cuales se sobrevalora la violencia, el odio y el ocio
en contraposición a la paz, al trabajo y la constancia. Ideólogo,
filósofo, científico, maestro su aporte es invaluable para la
humanidad y en especial a esta nuestra América insumisa.
Octubre
2017
1Los
principales
productos
mineros
del
Perú
para
la
época
eran
el
oro,
la
plata
y
el
cobre.
2Utilizamos
para esta nota el libro Inventamos o erramos. Simón Rodríguez.
2004.
Monte
Ávila
Editores.
Col
Biblioteca
Básica
de
Autores
Venezolanos.
Caracas.