viernes, 24 de marzo de 2017

EL CHISPERO INMORTAL

EL CHISPERO INMORTAL


En este mes de marzo celebramos una fecha memorable 25 de Marzo de 1814, día de la inmolación de Antonio Ricaurte, por esta razón escribo este artículo con mucho cariño. Me remonto al pasado cuando estudiaba e investigaba esta historia y comienzo a recordar su vida: Ricaurte nació el 10 de junio de 1786 en la Villa de Leyva… (Villa de Leyva la conocí en una oportunidad que viajé a Bogotá) está ubicada en el departamento de Boyacá conocida como monumento nacional. Se conserva su estilo colonial, tiene una plaza que al turista le llama la atención por estar empedrada, es un pueblo muy atractivo para el turismo. “El centro de investigaciones históricas de las fuerzas aéreas colombianas” (CIHFA) han investigado sobre la casa donde nació el Capitán Antonio Ricaurte ubicada en Villa de Leyva, Boyacá, fue utilizada ocasionalmente por la familia Ricaurte como lugar de veraneo por encontrarse cerca de Santafé de Bogotá. Luego de que sus hijos crecieran, la familia dejó la casa y se desplazó a la Capital del Virreinato, quedando abandonada hasta 1910 cuando el Gobierno Nacional en honor al mártir del combate de San Mateo, tomó posesión de ella y la utilizó como sede del Colegio Agrario Antonio Ricaurte, el cual funcionó hasta mediados del Siglo XX cuando la institución académica fue clausurada. En 1969 fue rescatada la originalidad de la Casa y convertida en Patrimonio Cultural de la Nación, por lo cual el 25 de Marzo de 1970, la Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte abrió sus puertas al público conmemorando el aniversario de la muerte de este prócer de la Independencia Nacional y símbolo de la Aviación Militar en Colombia.

Ricaurte era hijo de Esteban Ricaurte Mauris y de María Clemencia Lozano Manrique, quien a su vez, era hija de Jorge Miguel Lozano, Marqués de San Jorge, de quien se conjetura habría simpatizado e incluso colaborado con los comuneros en la insurrección de 1781; por lo tanto Ricaurte era sobrino del Presidente Jorge Tadeo Lozano. Estudió en el Colegio Mayor de San Bartolomé, Bogotá, entre 1799 y 1804, y completó su formación en las nuevas ideas de la Ilustración en forma autodidacta en la biblioteca que poseían sus padres y parientes. Contrajo matrimonio con Juana Martínez Camacho, sobrina del prócer tunjano Joaquín Camacho, quien le ayudó a entrar en la burocracia colonial con el cargo de escribano de cámara y secretario del Tribunal de Cuentas del virreinato de Nueva Granada.

Donde se puede evidenciar que la vida de Ricaurte era cómoda, pertenecía a la burocracia de ese momento, gozaba de una buena familia, buenas relaciones en la sociedad, era bastante joven, algunos escritores en sus artículos escriben el niño-héroe sin embargo tomó decisiones drásticas en su vida, tiene el valor y la fuerza de luchar por la Independencia, participa en hechos revolucionarios completamente criollos, rebelde contra el régimen colonial, Antonio participó en los hechos que se produjeron el 20 de julio de 1810 en Bogotá, los cuales tuvieron su antecedente en los hechos del 19 de abril de 1810 en Venezuela. Dada su decidida participación contra el régimen colonial fue llamado por sus compañeros como «El Chispero».

Cuando se organizaron las milicias patriotas colombianas, Ricaurte fue incorporado al batallón de infantería de Guardias Nacionales, con el grado de teniente. Al presentarse el conflicto entre centralistas y federalistas, en los años iniciales de la Primera República de la Nueva Granada, Ricaurte apoyó al precursor Antonio Nariño y a los partidarios del centralismo, lo que lo llevó a participar en la primera guerra civil neogranadina. Durante el desarrollo de la misma, intervino en el combate del Alto de la Virgen en Ventana quemada, en el que sus tropas fueron derrotadas el 2 de diciembre de 1812; y posteriormente en el combate de San Victorino en Santafé el 9 de enero de 1813, que culminó con el triunfo de los centralistas. Luego de estos hechos Antonio Ricaurte fue seleccionado para formar parte del ejército granadino que se organizó a solicitud del entonces brigadier Simón Bolívar, para liberar a Venezuela mediante la ejecución de la llamada Campaña Admirable (1813).

Como miembro del primer Ejército Libertador integrado por neogranadinos y venezolanos, tuvo una destacada participación en los combates de La Grita (13 de abril), Carache (19 de junio), Niquitao (2 de julio), Taguanes (31 de julio) entre otros. A partir del 25 de febrero de 1814 se libraron una serie de escaramuzas entre patriotas y realistas en un área comprendida entre el lago de Valencia y San Mateo. En la hacienda San Mateo, propiedad de Simón Bolívar, se almacenó el parque cuya custodia fue encomendada al capitán Antonio Ricaurte, quien contaba con una pequeña tropa de 50 soldados. Durante el ataque realista, Francisco Tomás Morales se apoderó del trapiche de la hacienda, a la vez que una de sus columnas tomó la «casa alta» de la propiedad. Sin embargo, el objetivo de los realistas de apoderarse del parque patriota fue frustrado, cuando Antonio Ricaurte ante la inminencia de la captura de dicho cargamento decidió prender fuego a la pólvora, haciéndolo volar el 25 de marzo de 1814, pereciendo tanto él como aquellos soldados que se encontraban dentro del recinto. Por su parte, Bolívar aprovechó el desorden momentáneo que se produjo entre las fuerzas realistas, para efectuar un contraataque, que culminó con la reconquista de la «casa alta»

Hace 38 años llegue a San Mateo y mi primer deseo fue visitar la hacienda de Bolívar, donde murió Ricaurte, hoy en día es el Museo Histórico Militar Antonio Ricaurte, iba con muchas expectativas, emocionada pues iba a ver dónde sucedió la historia que cada año escolar nos contaba la maestra y se investigaba la biografía de Antonio Ricaurte, y después como profesora trabajaba con los estudiantes y les contaba la historia y resaltaba el heroísmo la lealtad por la patria, su imaginación de ver independiente su pueblos dejarlo libre de la esclavitud, les hablaba de su juventud y su Amor por la patria incondicional su solidaridad con sus hermanos venezolanos y muchos otros valores que él demostró; cuando llegue vi unas estructuras tipo colonial a la entrada esta un señor en bicicleta vendiendo raspado a los visitantes, hablando con la profesora Dilsia Rodríguez, me informó que el señor es un personaje popular de San Mateo, la gente por cariño lo llaman “Sonrisa” su nombre es Berbecí, siempre está ahí vendiendo sus raspados días de visita o cuando hay una actividad en el museo, en la parte de abajo está el trapiche y las caballerizas, ollas, molinos, un horno subterráneo todo lo necesario para preparar el papelón, visitamos todo el espacio, luego fuimos a la casa alta, toca subir poco a poco pues más o menos alto se siente una brisa cálida ligera, como un silencio, un vacío, el cantar de los pájaros, están muy bien organizadas las salas de visita hay uniformes de esa época toda clase de armamento antiguo, sillas, camas, lo que más me llamó la atención y me quedé un buen tiempo reflexionado pues no pude evitar la sensación de emoción al estar cerca del sitio donde ocurrieron estos hechos. El que ha ido y siente la historia se le pone la piel de gallina, imaginarse el combate, la angustia, el ataque y la defensa de la batalla, la pared de ladrillos rojos una parte de ella se había caído y llena de humo negro la otra parte, cuanto tiempo ha pasado ha llovido y todavía está esa parte negra de la pólvora y uno se imagina nuestro Ricaurte como voló en átomos con todo ese arsenal, bajamos conversando con los familiares sobre el tema pues queda uno impactado que no es un cuento, que es real lo que sucedió en la hacienda de Bolívar, fue ahí donde Ricaurte deja su legado, modelo de las virtudes del sacrificio extremo por la patria. Desde esa primera vez he tenido la oportunidad de visitar varias veces este museo. Me parece este momento, oportuno resaltar los homenajes que le han realizado a Ricaurte por su heroísmo, estuve investigando varias páginas una de ellas es: “El Pueblo Boyacense a sus Libertadores” son varios los reconocimientos, voy hacer mención de algunos:

HOMENAJES:
Estatua en Villa de Leyva, donde nació Ricaurte.
En homenaje a este prócer la XI estrofa del himno nacional de Colombia dice: Ricaurte en San Mateo en átomos volando deber antes que vida con llamas escribió; y en el himno del estado Aragua dice en la tercera estrofa: En el campo sangriento de Marte / libertad a la patria ofrendó / la proeza inmortal de Ricaurte, / que en tierra aragüeña su Olimpo encontró.

Otro homenaje que se le ha hecho a este prócer es el colegio militar en la ciudad de Bogotá que lleva su nombre: Colegio Militar Antonio Ricaurte. También en homenaje a este prócer el batallón de infantería número 14 del ejército colombiano, acantonado en la ciudad de Bucaramanga, Colombia, lleva su nombre.

En la población de San Mateo, Venezuela, La Guardia Nacional de Venezuela tiene un instituto militar en la zona; llamado Instituto Militar Universitario de Tecnología Cap. Antonio Ricaurte en honor a este prócer. Un homenaje más, es el destacado en el Batallón de Artillería No. 8 del ejército colombiano, apostado en la ciudad de Pereira, Colombia, cuyo nombre es "Batalla de San Mateo”.

Ricaurte ha recibido homenajes a nivel internacional y de América latina muy merecidos, pintura, bustos muchas ciudades llevan su nombre y pare usted de contar, deseando de todo corazón, que las personas, los docentes que lean este artículo sea una reflexión para su vida personal y si es educadora, tomar en cuenta todos estos valores que nos dejó este héroe de la patria, y transmitir este mensaje de amor por la humanidad.

Me despido de ustedes cordialmente dejando este bello menaje de MIGUEL CERVANTE; Don Quijote De La Mancha:
Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté” .
Escrito por:
La Profa: Ana Rosa Chauta







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