LA FORMACIÓN DEL SUPERVISOR O SUPERVISORA
EDUCATIVO VERSUS (Vs) EL BUROCRATISMO
Construir un nuevo
enfoque de supervisión educativa que trascienda la visión punitiva, vertical,
autoritaria, fiscalizadora y/o
inspectora con la cual se ha venido ejerciendo dicha función, requiere de una
acción - reflexión – acción profunda, de todos los actores y actoras que están en la
gestión educativa. Es decir, tienen que formarse para transformar su práctica; solo de esta manera podrán
direccionar su labor hacia un proceso educativo emancipador, coherente y
cohesionado, de lo contrario, seguiremos
girando en el círculo vicioso de las órdenes y contra órdenes propiciando un
gran desorden, en el cual unos y unas actúan de acuerdo a su propia interpretación
de las leyes, instrucciones u orientaciones emanadas del MPPE.
En consecuencia, se
genera una gran distorsión en la información y formación de las políticas
educativas; por lo tanto se hace necesario direccionar el sistema educativo,
articulando los distintos niveles de gestión, con su debida responsabilidad en la toma de
decisiones, definiciones metodológicas y procesos organizativos. Bien lo
planteó Ernesto Che Guevara (1963,) cuando hace un análisis autocrítico de las
causas que padece la Revolución con la aparición del mal llamado burocratismo,
entre ellas menciona: Falta de motor interno
(falta de interés del individuo por rendir servicio al Estado, falta de
conciencia revolucionaria, conformismo con lo que anda mal); falta de
organización (freno en el flujo de las informaciones de las bases de las
instrucciones u órdenes emanadas de los aparatos centrales), su característica
fundamental es la falla en los métodos para encarar una situación dada.
Ejemplo, el burocratismo es la cadena del tipo de funcionario o funcionaria que
quiere resolver su problema solicitando más personal para realizar una tarea
cuya fácil solución solo exige un poco de lógica…Y la tercera causa, es la
falta de conocimientos técnicos para poder tomar decisiones justas y en poco tiempo.
Esta falta de conocimiento configura el “reunionismo”, que es fundamentalmente,
la falta de perspectiva para resolver los
problemas.
En este sentido, en el documento Pensar la transformación
Educativa en el marco de las 3R al cuadrado: Revisión, Rectificación,
Reimpulso, Reunificación, Repolitización y Repolarización, las cuales implican
logros, ventajas estratégicas, pero también deficiencias, errores y obstáculos,
se señala algunos aspectos a considerar:
1. Reconocer y defender los logros, pero también atender, con honestidad y
audacia, las carencias y debilidades.
ü Actuar con coraje y audacia para reafirmar y defender nuestros logros
(expansión de la cobertura educativa, carácter público y gratuito de la
educación, la inclusión escolar, inversión educativa, misiones educativas,
Sistema de Alimentación Escolar, políticas pedagógica orientadas por valores y
principios socialistas, CBIT, Canaimitas, tabletas, internet inalámbrico,
Colección Bicentenario, ampliación de la participación social en la definición
de políticas educativas).
ü Reconocer nuestras limitaciones, debilidades y problemas:
burocratización, el oportunismo y el sectarismo.
2. La unidad. Como fortaleza de los equipos de trabajo para desarrollar
las transformaciones necesarias en sus ámbitos de acción, la
corresponsabilidad, la conformación de una cultura de trabajo fundada en la
solidaridad, la cooperación, la participación, la crítica y la auto crítica.
3. Combatir la cultura política capitalista y construir la cultura
socialista. Comprender la participación como un compromiso militante de
desprendimiento de intereses individuales y asumir, conscientemente, su realidad, los conflictos y las necesidades
para poder propiciar las transformaciones pertinentes en su contexto.
Únicamente, de esta manera podemos ir superando la cultura capitalista del
ascenso social, la discrecionalidad, la recompensa, la remuneración, entre
otras desviaciones. En su texto Herramientas para la participación. El Troudi;
Harnecker, M; Bonilla, L. plantean
algunas barreras que se presentan para la participación:
Ø Escepticismo y apatía por: uso de prácticas utilitarias, desconfianza
ciudadana, promesas incumplidas.
Ø Cultura clientelar y de otorgamiento de favores: Intermediación para
todo tipo de favores (políticos, económicos y de ascenso social).
Ø El burocratismo: alcabalas, trámites y exigencias innecesarias,
multiplicación de instancias, incremento del número de funcionarios, prácticas
clientelares, surgimiento de la corrupción.
Ø Verticalismo y autoritarismo: Imposición de la visión del dirigente o
cuadro administrativo, bajar líneas de acción unidireccionalmente, uso del
miedo, la coerción, la arbitrariedad.
Ø Incapacidad de escuchar: Reuniones poco productivas, diálogo de sordos,
imposición de argumentos, le dan la espalda a la gente.
Ø Intolerancia: Muchos y muchas se creen poseedores y poseedoras de la
verdad y no admiten las discrepancias y/o divergencias.
Ø Desconfianza en el pueblo: No creen en las capacidades creadoras o
potencialidades de los demás.
Ø Improvisación de los funcionarios del gobierno: Precaria preparación
para abordar los problemas, poco conocimiento de las personas, problemas o
procesos.
Ø Sectarismo: Defensa ciega, no razonada de su secta, conspira contra la
unidad, crea rechazo y suspicacias.
Ø Dogmatismo: Imposición de recetas prefabricadas, creen en la única
verdad, ley inalterable.
¿Qué significa para
un supervisor o supervisora los planteamientos anteriores?
¿Cómo desarrollamos
una práctica supervisora que garantice la solución de los problemas sin tanta alcabalas
burocráticas?
¿Cuáles serían las
instancias o estructuras organizativas más apropiadas para el sistema de
supervisión que requiere la educación venezolana?
Dar respuestas a
estas interrogantes pasa necesariamente por reconocer que todo y toda docente que aspire a ejercer
funciones como supervisor o supervisora educativo debe incorporarse al
Programa Nacional de Formación Avanzada en Educación (PNFAE), tal aseveración
responde, a que un, una docente en función supervisora que no analice, debata,
confronte, cuestione, reflexione y
problematice su práctica para la producción colectiva del conocimiento, muy
difícil, coadyuve a facilitar las transformaciones de los espacios educativos
que están bajo su responsabilidad. No
obstante, que el supervisor o
supervisora conozca desde un punto de vista amplio y crítico, cuáles son los
elementos de su práctica que apuntan hacia procesos emancipadores y cuáles se
anquilosan en modelos tradicionales que limitan las transformaciones
educativas.
Desde esta perspectiva,
prepararse como supervisor o supervisora para la revolución educativa, implica
vernos como seres humanos emocionales, con credibilidad, subjetivos, con
conciencia crítica individual y colectiva. Es decir, reconocimiento de sí mismo
y de los iguales; lo cual nos permite abordar los problemas de forma oportuna,
optimista, con alegría y felicidad social. No nos dejamos vencer por el
pesimismo, la negatividad, la desazón; siempre vamos adelante construyendo
esperanza para los pueblos.
“Somos
la alegría y la vida en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”
Argimiro
Gabaldón”
“A
riesgo de parecer ridículo digo, que el verdadero revolucionario está movido
por grandes sentimientos de amor”
Ernesto
Che Guevara
Luchar, luchar,
batallar duro contra el burocratismo que sigue impoluto en nuestras
instituciones, es tarea impostergable, no podemos seguir siendo los muchachos o
muchachas de mandado; los anda, corre, ve y dile de una gestión educativa. Exigir organización en
todos los procesos y en todas las instancias. Esta organización debe establecer
clara y congruentemente, cuáles son las
líneas de acción del MPPE, de las zonas
educativas, de las divisiones, de los circuitos educativos, de los espacios
educativos, con el fin de garantizar a los y las estudiantes, docentes, representantes,
madres, padres y/o responsables, personal administrativo, obreros y obreras,
madres y Padres cocineros y cocineras de la patria, consejos educativos,
consejos de directores, consejos de participación, organización estudiantil,
Movimiento Bolivariano de Familias, comunidad y público en general que sus
problemas, necesidades, trámites o asuntos serán resueltos en el tiempo
esperado y sin tantas trabas o papeleo. En virtud de lo cual se hace
imprescindible que haya un cambio en la organización escolar, centrado en la
desburocratización de la estructura, guiado por principios de honestidad en la
intención, participación, celeridad, corresponsabilidad, eficacia, eficiencia, transparencia. Bien lo dijo el Comandante en el Golpe de
Timón “Eficiencia o Nada”. Aunque
tenemos avances en nuestra legislación (CRBV, Ley de Simplificación de Trámites
Administrativos, LOE); aún nos falta innovar para desmontar al jefe sabelotodo e
intocable, a las decisiones
centralizadas, al reunionismo estéril, al cuida cargo, a las largas colas, al
“eso toma tiempo”, “venga el próximo mes”. Hay
que automatizar con la última tecnología de la comunicación e
información los procesos administrativos
para poder avanzar en los procesos pedagógicos.
Tomando en cuenta
tu experiencia como supervisor o supervisora:
¿Qué cosas eliminarías?
¿Qué harías para
avanzar en la desburocratización?
En este orden, se hace necesario seguir fortaleciendo el
proceso de formación e investigación permanente, es un desafío para los
supervisores y supervisoras, sistematizar sus experiencias y prácticas de
acompañamiento, reconocer sus avances o dificultades en la construcción de
procesos pedagógicos, actuar como un intelectual colectivo, hacer propuestas
innovadoras para la transformación social, generar debates en los sábados
pedagógicos, foros; presentar ponencias en los congresos pedagógicos, discusión
o reflexión en colectivo, socializar y comunicar escritos (autobiografías,
reseñas, ponencias, experiencias). Tener plena conciencia y actuar en
consecuencia, en la profundización de los logros educativos, avanzar hacia la
concreción de ideas que liberen y nos liberen, comprender el circuito como espacio
territorial, geohistórico, político, social, económico, cultural, abordar el
circuito con criterios humanistas, entre otros.
Acompañar, no
obviar nuestro propósito, ahora, ¿Para qué acompañar?
Hay que darle
direccionalidad a la acción educativa, pero para ello tenemos que conocer las
prácticas cotidianas de la gente en su circuito; sus necesidades, realidades,
convivencia. En este sentido, tenemos que garantizar:
·
Fines del Estado (Art. 3 CRBV). Fines
de la Educación (Art. 15, LOE).
·
La transformación institucional y
pedagógica
·
La orientación y acompañamiento del proceso educativo en el
marco de la integración Escuela – familia – Comunidad., acorde a los niveles y
modalidades del sistema educativo.
·
El seguimiento
a la evaluación de la calidad
educativa en las instituciones del
circuito.
·
La protección de niños, niñas y adolescentes
como sujetos de derechos, prioridad absoluta e interés superior.
·
Los
procesos pedagógicos – Curriculares, Organizativos – Comunitarios y de
Gestión y Administración
·
La articulación del trabajo con
las instituciones del circuito, el consejo de dirección, consejo de
participación, la división de supervisión.
·
El mantenimiento de las
edificaciones y mobiliario escolar.
Entonces, se hace
evidente, que el supervisor o
supervisora como acompañante, debe ser: un,
una referente de respeto del contexto y su gente; un escucha activa de
la experiencia del otro o la otra; comprender las complejidades de las
contradicciones; promotor o promotora de la interacción dialógica, favorecedor
de los vínculos de solidaridad, reciprocidad y cooperación. Ante todo, formarse
en la fundamentación ético – política y pedagógica, desde la perspectiva
sociohistórica de la educación bolivariana.
Reflexión final: Si
contextualizamos a la gestión educativa en la crítica y la autocrítica de los
documentos referidos, encontramos, respetando los contextos históricos, que éstos adquieren plena vigencia, en la
camisa de fuerza que se ha convertido el burocratismo, propio del estado
burgués, para el avance de los procesos administrativos Y pedagógicos en el marco
de la transformación del sistema educativos venezolano. A veces preguntamos:
¿Por qué unas gestiones lo han [i]minimizado?
Y ¿Por qué con otras se ha profundizado? ¿Será cuestión de sujetas o sujetos?
¿Será falta de voluntad política? ¿Será por cuidar el cargo? ¿Temor a la
pérdida de poder?
Conscientes estamos que los cambios no se
decretan, pero si se pueden ir construyendo con la disposición, compromiso y
convicción para generar acciones que favorezcan la integración de planes,
programas, proyectos bajo los principios de corresponsabilidad y concurrencia,
para recoger la dispersión, revertir las contradicciones, minimizar la entropía, y, viabilizar el
camino hacia una supervisión educativa, centrada en el acompañamiento
pedagógico, donde los procesos administrativos estén subordinados a los
procesos humanos.
ROMELIA
ESCALONA
JULIO,
2017
[i] Esta reflexión fue realizada a la luz de las lecturas sugeridas para
la Unidad Curricular: REPENSANDO LA
FUNCIÓN DE DIRECCIÓN Y SUPERVISIÓN EDUCATIVA. Material recopilado por
Ministerio del Poder Popular para la Educación – CENAMEC, marzo 2017
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