Ser docente es lo más bello que
puede haber hecho en mi vida, pero ser maestra rural es una experiencia
inolvidable, maravillosa que vale la pena vivirla. Mi experiencia viene desde
que laboré en la U.E.E.R. Conc."El Chino" NER 426,
ubicada en la carretera nacional Villa de Cura-San Juan de los Morros, a 23 kilómetros
de la carretera nacional hasta la escuela, atravesando 13 pasos de río, para
poder cumplir con una misión tan bella como es educar donde los niños y
niñas pendientes en la carretera, esperando con emoción a su
maestra, no se cuenta con transporte público por lo tanto hay que esperar
cola de los escasos carros que van por la vía, o en caballo, y último caso a
pie. Cabe destacar que me iba los lunes y regresaba los jueves. Dejando a mis
hijos solos mientras iba a atender otros que pasaron a ser como hijos
también. Los viernes debía ir a la dirección del NER a reportar todo lo
realizado durante la semana y entregar planificación de las próximas
actividades. Dentro de las hazañas que me toco vivir en tan lindo campo fue
dormir sola en un cuartico en la escuela e impartir clases desde Educación
Inicial hasta 6to grado. Una sola maestra para coordinar el PAE, asear el
salón, coordinar la escuela entre otras cosas, por supuesto con el apoyo de
algunos padres y representantes.
Que satisfactorio poder compartir con gente tan bella, humildes,
honestos , padres, madres, representantes y/o responsables comprometidos con la
educación de sus hijos e hijas, poder impartir clases al aire libre y no
en cuatro paredes donde los estudiantes se fastidian, se encuentran encerrados,
son niños de campo que prefieren actividades al aire libre fuera de aula.
Frente la escuela hay un terreno que lo llaman la cancha y la placita, ya
que en la comunidad no se cuenta con nada de eso, en ese espacio compartimos
tantas actividades, muchos saberes, humanizando, porque esa fue una de
mis misiones, enseñar la condición humana, a reconocer su identidad, a valorar
lo que tenemos, no por estar lejos de la ciudad se van a perder los
valores, nuestra identidad, mantener nuestra cultura antes que llegue otra y se
pierda la nuestra.
Enseñar al aire libre como lo hacia nuestro maestro Simón
Rodríguez y bajo los pilares de la Educación Bolivariana y sobre todo
enseñar para la vida, y si
alguna vez sentí derrumbarme, recordé que el arte de vencer se aprende en la
derrota, como le sucedió a nuestro gran Maestro Simón Rodríguez que
llegaron a tildarlo de loco, y en esa filosofía de vida me enfoqué, fueron mis
pilares mas fuertes para continuar la lucha en sectores campesinos. Súper
agradecida con este gran maestro por sus experiencias , lecturas y
pensamientos, gran luchador que me ha fortalecido como maestra rural, y a no
desfallecer en estos momentos de transformación, donde debemos estar más unidos
que nunca, como siempre lo quiso nuestro comandante Hugo Rafael Chávez Frías,
"Amor con Amor se paga"
Que viva nuestra educación liberadora, que vivan nuestras raíces, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora Y
Simón Bolívar.
Si volviera a nacer, volvería ser maestra rural. Hasta la
victoria siempre, valoremos lo que somos, lo que tenemos, y lo que hagamos debe
ser con amor.
En
honor a esa escuela, a esa comunidad, a esos estudiantes y a los padres y
representantes. Realicé mi trabajo de grado para optar al título de Magíster en
Educación, mención Orientación, siendo el primer trabajo de investigación que
se hace en esa escuela y en esa comunidad. Totalmente agradecida por el apoyo
que me prestaron,
Prof. María Borges
Maestra
Rural
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