martes, 1 de noviembre de 2016

Enseñar al aire libre como lo hacia nuestro maestro Simón Rodríguez



 Ser docente es lo más bello que puede haber hecho en mi vida, pero ser maestra rural es una experiencia inolvidable, maravillosa que vale la pena vivirla. Mi experiencia viene desde que laboré en la U.E.E.R. Conc."El  Chino" NER 426,  ubicada en la carretera nacional Villa de Cura-San Juan de los Morros, a 23 kilómetros de la carretera nacional hasta la escuela, atravesando 13 pasos de río, para poder cumplir con una misión tan bella como es  educar donde los niños y niñas  pendientes en la carretera, esperando con emoción  a su maestra, no se cuenta con transporte público  por lo tanto hay que esperar cola de los escasos carros que van por la vía, o en caballo, y último caso a pie. Cabe destacar que me iba los lunes y regresaba los jueves. Dejando a mis hijos solos mientras iba a atender otros que pasaron a ser como hijos también. Los viernes debía ir a la dirección del NER a reportar todo lo realizado durante la semana y entregar planificación de las próximas actividades. Dentro de las hazañas que me toco vivir en tan lindo campo fue dormir sola en un cuartico en la escuela e impartir clases desde Educación Inicial hasta 6to grado. Una sola maestra para coordinar el  PAE, asear el salón, coordinar la escuela entre otras cosas, por supuesto con el apoyo de algunos padres y representantes.
Que satisfactorio poder compartir con gente tan bella, humildes, honestos , padres, madres, representantes y/o responsables comprometidos con la educación de sus hijos e hijas, poder impartir clases al aire libre  y no en cuatro paredes donde los estudiantes se fastidian, se encuentran encerrados, son niños de campo que prefieren actividades al aire libre fuera de aula. Frente  la escuela hay un terreno que lo llaman la cancha y la placita, ya que en la comunidad no se cuenta con nada de eso, en ese espacio compartimos tantas actividades, muchos saberes, humanizando, porque esa fue una de mis  misiones, enseñar la condición humana, a reconocer su identidad, a valorar lo que tenemos,  no por estar lejos de la ciudad se van a perder los valores, nuestra identidad, mantener nuestra cultura antes que llegue otra y se pierda la nuestra.
Enseñar al aire libre  como lo hacia nuestro maestro Simón Rodríguez y bajo los pilares de la Educación Bolivariana y sobre todo enseñar para la vida, y si alguna vez sentí derrumbarme, recordé que el arte de vencer se aprende en la derrota, como le sucedió a nuestro gran Maestro Simón Rodríguez  que llegaron a tildarlo de loco, y en esa filosofía de vida me enfoqué, fueron mis pilares mas fuertes para continuar la lucha  en sectores campesinos. Súper agradecida con este gran maestro por sus experiencias , lecturas y pensamientos, gran luchador que me ha fortalecido como maestra rural, y a no desfallecer en estos momentos de transformación, donde debemos estar más unidos que nunca, como siempre lo quiso nuestro comandante Hugo Rafael Chávez Frías, "Amor con Amor se paga"
Que viva nuestra educación liberadora, que vivan nuestras raíces, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora Y Simón Bolívar.
Si volviera a nacer, volvería ser maestra rural.  Hasta la victoria siempre, valoremos lo que somos, lo que tenemos, y lo que hagamos debe ser con amor.
En honor a esa escuela,  a esa comunidad, a esos estudiantes y a los padres y representantes. Realicé mi trabajo de grado para optar al título de Magíster en Educación, mención Orientación, siendo el primer trabajo de investigación que se hace en esa escuela y en esa comunidad. Totalmente agradecida por el apoyo que me prestaron,
                                                                                                                                                                            
 Prof. María Borges
Maestra Rural

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