Hablar
de semilla criolla en este momento histórico que vive nuestro país
es reivindicar nuestras herencia campesina, indígena y afro, es
remontarnos a las prácticas ancestrales de extracción y
conservación de las mismas, siendo necesario y urgente activarnos en
esta importante tarea, ya que venimos de una producción de alimentos
contaminados, consecuencia de la implementación de semillas
certificadas y transgénicas, siendo las primeras un monopolio
empresarial, cuya plantación genera una sola producción y mantiene
a los agricultores dependientes de estas empresas, y la segunda son
las semillas alteradas genéticamente, las cuales producen frutos
vistosos, muy grandes y contaminados que ponen en riesgo la salud
del consumidor.
La
semilla criolla o de identidad como algunos le dicen, es la
autóctona, es aquella que se adapta a nuestro entorno y es
producto de cosechas anteriores, por lo general los agricultores la
toman de la primera producción de su cosecha, seleccionando los
frutos más grandes y sanos para extraer la semilla, esto en el caso
de las bayas pepónides, como lo son el melón, la lechosa, patilla
entre otras frutas, el proceso consiste en extraer de los frutos
la semillas, se colocan en un colador y se lavan, se llevan a en una
bandeja, periódico o cartón de manera que queden extendidas y
puedan secarse, es ideal colocarlas en un sitio fresco y moverlas
con las manos, ya que tienden a pegarse, después de estar totalmente
secas se pueden almacenar, para su conservación es recomendable
emplear envases herméticos de plástico o vidrio con tapa y
colocarlos en espacios donde la temperatura sea menos de 30 grados
centígrados.
Existen
diversas formas de reproducción vegetal según el rubro, para la
extracción de semillas las que se encuentran a nuestro alcance son
las mencionadas anteriormente, sin embargo muchas preguntas han
surgido en sábados pedagógicos, jornada de ensemillamiento y
encuentros pedagógicos sobre el cultivo de yuca, pues algunas
personas desconocen que es una raíz y su propagación es por estaca,
estacas que no se consiguen en el mercado, estas se obtienen de los
tallos de la planta cuando se saca la producción, es decir en el
terreno, por lo que es más difícil conseguirlas. Este es un cultivo
que ha despertado mucho interés, por el alto consumo que ha tenido
los últimos meses en los hogares venezolanos sustituyendo a la
harina de maíz, donde a nivel gastronómico tenemos un cambio en el
menú, gozando de una alimentación sana a través de su consumo, a
pesar de no ser un cultivo de ciclo corto ya algunas instituciones
han sembrado este rubro y realmente se han interesado por profundizar
en el tema de la producción.
Desde
la práctica pedagógica el docente tiene en sus manos la oportunidad
de cambiar la cultura escolar heredada, consumista, trasmitida a
nuestros niños y niñas por décadas y transformarla en una
pedagogía que parta de la creatividad, la construcción y la
producción, la cual permita establecer un vínculo entre el
trabajo y el estudio, donde lo manual y lo intelectual van de la mano
propiciando una formación donde sean capaces de rescatar y valorar
las tradiciones y costumbres de nuestra herencia campesina,
producir alimentos sanos, y contribuir a la concreción de una
escuela productiva, generando soberanía cognitiva y alimentaria.
Realmente
el tema de la producción no es nuevo en el ámbito educativo, los
últimos diecisiete años hemos vivido una transición de un
curricular que apunto al cambio de un sistema educativo
descontextualizado, desfasado y sin sentido, donde existía un
constante consumo de saberes, es a partir de la propuesta del
currículo bolivariano y ahora con la transformación curricular que
se toma realmente en cuenta el interés superior del niño, sus
necesidades de aprendizaje y la pertinencia al momento histórico que
vive el país, todo ello de la mano de los programas y proyectos del
Ministerio del Poder Popular para la Educación y que en el caso de
la producción el Programa Todas las Manos a las Siembra (PTMS) con
el que los docentes iniciamos un aprendizaje constante y para la
vida.
Desde
sus comienzos en nuestro estado Aragua que ha sido pionero en la
implementación del Programa Todas las Manos a la Siembra hemos
vivido y compartido infinitas experiencias, en lo particular he
tenido la oportunidad de trabajar en dos contextos totalmente
distintos y contextualizar el programa, mi primera experiencia fue en
la U.E.E. Mesa de Paya en el Municipio Tovar, donde la agricultura
es la principal fuente de economía y muchos pensaran que no hay
inconveniente con la producción, pero si los hay, el nivel de
contaminación por uso indiscriminado de agrotóxicos es muy alto, la
tala y quema de las montañas eran el pan nuestro de cada día lo que
incidía en la preservación de las nacientes de agua y en la
conservación de ese pulmón vegetal, la pedagogía y las estrategias
me permitieron realizar con los estudiantes jornadas de recolección
de semillas en la montaña de árboles forestales y que por
naturaleza están ahí, como la palma real, icono de la Colonia
Tovar, que se encuentra casi extinta consecuencia de la
deforestación, esta recolección de semillas nos permitió crear un
vivero y luego realizar una jornada de reforestación en la que
participaron estudiantes, las tres docentes que trabajábamos en ese
momento en la institución y representantes, esto motivo a la
comunidad y se convirtieron y vigilantes constantes de ese reservorio
natural, trabajamos en nuestros proyectos de aprendizaje y el
proyecto educativo integral comunitario con hábitos ecológicos
fomentando el cambio de conciencia de una agricultura contaminante y
destructiva a una agricultura sustentable a través de la
agroecología.
Es
realmente difícil cambiar la mentalidad de un productor que por años
ha cultivado la tierra con agrotoxicos pero esta generación que se
viene levantando de futuros agricultores ya tiene una visión
distinta de la producción y de la importancia de la preservación
del planeta en esta institución estuve ocho años aprendiendo de mis
niños, niñas y de la comunidad logramos realizar muchas practicas
agroecológicas de recolección de semillas, elaboración de trampas
para insectos donde aprendí por medio de un estudiante que venía
por cambio de residencia de Costa de Paraulata (caserío del
Municipio Tovar) como se controla la broca del café sin
plaguicidas, siendo este un cultivo no común en la zona donde me
encontraba pero para él era su diario vivir, ese intercambio de
experiencias te permite crecer como persona y profesionalmente no
podemos ser docentes por título, realmente somos docentes desde el
momento en que nos entregamos en cuerpo y alma a la práctica
pedagógica y estamos dispuestos a formarnos junto a nuestros
estudiantes.
Mis
experiencias pedagógicas más reciente en cuanto al tema de la
semilla, han sido como docente de apoyo del Centro Local de
Investigación y Formación Permanente del Magisterio (CLIFPM) en
el Municipio José Félix Ribas, donde a través del Programas Todas
las Manos a la Siembra y conjuntamente con el equipo de trabajo del
CLIFPM hemos realizado sábados pedagógicas prácticos de extracción
de semilla, siembra, temas de economía social y entomología,
conociendo los insectos que afectan los cultivos de ciclo corto, todo
ello con la participación de docentes, madres de la patria y
directivos cuya experiencia han llevado a sus instituciones y han
puesto en práctica, de igual manera realizamos jornadas de
ensemillamiento en diferentes instituciones entre ellas, E.B.N. La
Mora, U.E.P Jesús de Nazaret, U.E.N Luisa Paredes de Antonini,
actividades enmarcadas en el Día Nacional de la Semilla Criolla,
cuyo inicio fue una sorpresa, un niño de primer grado de la U.E.N
Luisa Paredes de Antonini pidió la palabra para interpretar
voluntariamente una canción de Simón Díaz “El Perico en el
Conuco” totalmente propicia para el momento y la actividad, ahí es
cuando vemos que esta generación que viene creciendo está más
ligado al tema de la producción y al rescate de nuestras raíces.
En
las instituciones mencionadas comenzamos con un foro sobre la
semilla y los métodos de extracción, donde los niños y niñas
intervenían constantemente para exponer sus experiencias, dejando
ver el interés por el tema de la producción, luego pasamos a la
práctica de elaboración de semilleros de ají, pimentón y siembra
directa de cilantro y cebollín, realmente fueron días muy
productivo donde el llamado fue a producir lo que consumimos,
aprovechar los espacios susceptibles de siembra en la escuela y a
trabajar en colectivo con el PTMS integrando lo pedagógico con el
trabajo productivo.
Muchos han sido los llamados a producir lo que comemos, realmente
El Estado ha activado las políticas necesarias para garantizar la
soberanía alimentaria en nuestro país, ya está de parte de cada
uno de nosotros el reflexionar y ser conscientes de la situación
mundial de desabastecimiento, hambruna y mal nutrición que
visiblemente se evidencia en la ciudadanía, ya es hora de que como
docentes tomemos ese lema del documento de transformación curricular
y lo pongamos en práctica “Formar Produciendo y Producir
Formando”, solo produciendo lo que comemos vamos a llegar a ser un
pueblo libre y soberano
Recolección
de Semilla de árboles forestales en la Montaña Sector Mesa de Paya
Caserío Monte Oscuro Colonia Tovar
Estableciendo
Vivero de Forestales en la U.E.E Mesa de Paya
Recorrido
por la Montaña para realizar reforestación
Foro
sobre la semilla EBN La Mora
Selección
de Semillas EBN La Mora
Elaborando
Semilleros de Pimento UEP Jesús de Nazaret
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