Por el prof. Juan Pérez medina
El DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER es una fecha que encierra una larga
historia. En primer lugar, habría que mencionar que nos es una fecha
para la celebración del “feminismo” ramplón que promueve la
partidocracia para que exista en los cargos públicos la mitad de los
puestos en manos de mujeres. La connotación de esta fecha va más allá y
representa la lucha de las mujeres para dejar de ser esclavas del
trabajo sin derechos laborales y sin oportunidades para decidir y
participar por igual en la vida política y publica. El 19 de marzo de
1911, según los registros de Naciones Unidas, un millón de mujeres
tomaron las calles para exigir "derecho al voto, mejores condiciones de
trabajo y la posibilidad de ocupar cargos públicos". Un año antes,
durante la Segunda Conferencia Internacional de mujeres socialistas
efectuado en la ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca, ya se había
propuesto por las mujeres del Partido Socialista Norteamericano en el
congreso en la persona de Lena Morrow Lewis y Mary Wood Simons, que se
instaurara dicha celebración. La propuesta encontró eco rápidamente en
el conjunto de las delegaciones al congreso y fue una mujer comunista
alemana, Clara Zetkin, quien la apoyó de manera entusiasta, la que
influyó en la redacción del documento final de aquella reunión
internacional apelando “al ejemplo de las camaradas norteamericanas”.
Surgiendo de esa forma el día que sería consagrado a luchar por el
derecho al voto de la mujer obrera y las prestaciones laborales y
salariales que deberían otorgar dignidad al trabajo de la mujer.
Es
importante dejar claro que el 8 de marzo surge y se desarrolla en primer
término en el marco de las luchas de la mujer obrera, en particular de
las obreras de la industria textil estadounidense en virtud de los
antecedentes reivindicatorios de mujeres que exigían mejores condiciones
de trabajo y que sufrieron agresiones sin fin por tal atrevimiento,
justamente en el país autodenominado “campeón de la democracia”
Igualmente, el 8 de marzo debido a las circunstancias que privaban en
Europa por la preparación y estallamiento de la primera guerra mundial,
la fecha fue motivo de protestas multitudinarias en diferentes años
entre 1910 y 1917 para exigir la detención de la guerra denunciada como
una guerra imperialista en la que nada tenían que ganar los
trabajadores. Es conocida la histórica protesta realizada por miles de
mujeres rusas en la ciudad de San Petersburgo exactamente el 8 de marzo
de 1917 exigiendo paz, pan y la salida de Rusia de la guerra. La ONU
acuerda su instauraciòn en 1975 y desde entonces año con año se realiza
por los gobiernos de manera oficiosa dicha celebración.
Es posible
que en un ambiente como el actual, dominado por las banalidades, en el
que en general se desconocen los antecedentes mencionados, la
celebración del 8 de marzo se parezca más a una especie de “Día del amor
y la amistad” u otra fiesta con una naturaleza similar, por lo que es
de la mayor importancia contribuir a divulgar un poco los antecedentes
históricos y la evolución de esta fecha, desde su origen OBRERO Y
SOCIALISTA en 1910 hasta nuestros días.
La fecha es un
reconocimiento a la lucha de las mujeres por construir un mundo más
justo y más humano en donde dejen de ser objetos para convertirse en
seres humanos con derechos plenos. El 8 de marzo es además, la
reivindicación de una fecha que patentiza la denuncia de las atrocidades
actuales en contra de las mujeres, la ausencia de garantías para su
vida y de las condiciones de violencia social, laboral y de género que
aún se padecen en el marco del desarrollo neoliberal del capitalismo. En
nuestro país los asesinatos en contra de mujeres sigue aumentando
alarmantemente, siendo el Estado de México, seguido por Michoacán las
entidades que encabezan la lista. Se considera que las cifras oficiales
de 2500 asesinadas por año en promedio desde 1993 ha esta fecha está
alejada de la realidad y que sin duda supera los más de tres mil
homicidios. En Michoacán, a pesar de que en 2016 se declaró alerta de
género en 14 municipios, en lo que va del año ya se alcanzaron los 35
asesinatos, lo que significa que cada 40 horas una mujer es asesinada,
demostrándonos que la violencia de género va en aumento; destacándose
los municipios de Jacona, Uruapan, Apatzingán, Morelia, Lázaro Cárdenas y
Zacapu.
Por ello me parece pertinente que este 8 de marzo la
celebración no sólo sea un reconocimiento a las extraordinarias mujeres
obreras, anarquistas, socialistas y comunistas que se destacaron en la
exigencia de mejores condiciones de vida y trabajo para el sector
femenino y realizaron grandes huelgas y manifestaciones obreras, sino
que además, obliga a alzar la vos y acrecentar la denuncia social y
política acerca de la creciente ola de violencia que nos azota y que ha
encontrado en las mujeres al sector más vulnerable, lo que deja de
manifiesto la condición de subordinación que aún tienen las mujeres y la
degradación cotidiana de que aún son objeto: el abuso, la
discriminación, el sometimiento y la violencia. Y no será en esta
sociedad donde se habrá de encontrar una solución a este grave problema,
como no lo tiene la lucha de clases y el flagelo de la pobreza y la
guerra. Por ello, Es indispensable reivindicar este 8 de marzo, DIA
INTERNACIONAL DE LA MUJER, el derecho a la vida en paz, con justicia y
dignidad. Vayamos a la movilización que de manera global se está
convocando y contribuyamos con nuestra presencia a que la voz de las
mujeres se escuche. Hagamos de esta celebración una jornada de lucha por
la paz y de condena a quienes desde el gobierno no sólo no la
posibilitan, sino que la promueven en medio de la impunidad y la
corrupción. Esta jornada debe unirse a la exigencia en el territorio
nacional de la salida de Peña Nieto y la construcción de un nuevo
constituyente y una nueva constitución, sin partidos políticos venales y
gobiernos castrados y serviles, pero buenos para atropellar al más
pobre.
La historia de la celebración del 8 de marzo posee una
extensa trayectoria en México y sería deseable que esto se conociera por
las nuevas generaciones antes que esta fecha sea considerada un día de
festejos de carácter comercial despojado del sentido de lucha y
reivindicación con el que surgió y se desarrolló. Sólo dejo asentado
aquí que el año 1931, en la ciudad de México, se hizo del conocimiento
de público la convocatoria: “8 de marzo. Día internacional de la mujer
trabajadora. Las mujeres en el frente de lucha del proletariado”.
Nos vemos el 8 de marzo a las tres de la tarde en el Obelisco a lázaro
Cárdenas para hacer de esta fecha una jornada de lucha en contra del
régimen y por las reivindicaciones, políticas, sociales, laborales y de
genero de las mujeres michoacanas y del mundo.
Juan Pérez Medina
Director de la Escuela Primaria en SEP
Santiago Ixcuintla, Mexico
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